Nació en el municipio de San Antonio de Guerra,
Provincia Santo Domingo, el 18 de marzo del 1966.
Realizó sus estudios primarios en la Escuela
Leonor M. Félix en su comunidad natal de 1981 a 1984, continuándolos a nivel
secundario en el Colegio Quisqueya de la ciudad de Santo Domingo, desde el
Seminario Menor. Luego pasó al Seminario Pontificio Santo Tomás de Aquino donde
realizó sus estudios filosóficos y teológicos.
Es Licenciado en Filosofía por la Pontificia
Universidad Católica Madre y Maestra (1991), Licenciado en Ciencias Religiosas
por el Seminario Pontificio Santo Tomás de Aquino (1995). Entre 2004 y 2006,
realizó un curso de actualización en Bioética, en el Ateneo Pontificio Regina
Apostolorum. Otros estudios que ha realizado: Maestría en Tecnología Educativa
en la Pontificia Universidad Católica Madre y Maestra, 2009. Estudios del
Caribe, Universidad de Río Piedras, Puerto Rico, 2010. Ciclo de Conferencias de
la Historia de Puerto Rico y el Caribe, 2010. Maestría en Historia Aplicada a
la Educación, Pontificia Universidad Católica Madre y Maestra, 2010. Maestría
en Gestión Universitaria
en la Universidad de Alcalá, España 2014.
Doctorado en Educación en la Atlantic International University (AIU) en 2015.
Entre sus labores pastorales, han estado:
Vicario de las Parroquias San Antonio de Padua y Santa Lucia Mártir, La
Victoria 1995. Párroco de las Parroquias: San Antonio de Padua y Santa Lucia
Mártir, 1997-2001. Párroco de las Parroquias: San José, Cristo Rey del Universo
y Madre de Dios, en la Zona de Yamasá, Monte Plata, 2001-2004. Vicario
Episcopal del Clero de la Arquidiócesis de Santo Domingo, 2008-2012. Párroco de
San Ignacio de Loyola, Santo Domingo, 2009-2010.Vicerrector Académico del
Seminario Pontificio Santo Tomás de Aquino, 2011-2013.
Al momento de su elección, se desempeñaba como
rector de la Universidad Católica Santo Domingo y párroco de la Parroquia
Universitaria Santa María de la Anunciación.
SU ESCUDO
Sobre el escudo o blasón, hallamos los símbolos
de la dignidad de Obispo: capelo en verde con seis borlas a cada lado, la cruz
episcopal (de un travesaño) en oro, compuesta de cinco piedras rojas.
La forma del blasón sigue la tradición
hispánica, partido, con un chevrón al medio, y en punta un tercer campo. Estos
son sus elementos:
LAS SAGRADAS ESCRITURAS Y LA ESPADA: En el
campo derecho, de verde, la biblia superpuesta
a una espada, en oro.
Oportuna representación de la Palabra de Dios, instrumento de Evangelización,
que se predica en el campo verde que es la Iglesia, como semilla que cae en buena
tierra. “Ciertamente, la palabra de Dios es viva y eficaz, y más cortante que
una espada de doble filo: entra hasta la división del alma y del espíritu, de
las articulaciones y de la médula, y descubre los sentimientos y pensamientos
del corazón” Hebreos 4, 12.
EL CORAZÓN DE JESÚS SOBRE EL CRISMÓN: En el
campo izquierdo, de oro, el Corazón de Jesús sobre el Crismón. El Corazón de
Jesús es el modelo de corazón sacerdotal, traspasado de amor por la humanidad,
cubierto de llagas y abierto para todos. Debajo, el Crismón, que es la combinación
de las dos letras griegas iniciales del nombre de Jesucristo, y lo representa
como principio y fin de todas las cosas.
EL CHEVRÓN: Al medio del blasón, un chevrón de
rojo. El chevrón es un elemento heráldico en forma de V invertida. Significa la
viga que sostiene el techo de la Iglesia, como una fuente de protección para la
comunidad de fe reunida bajo ella. A la vez es la escuadra del carpintero, que
representa a san José y el valor de la prudencia, que lo caracteriza.
LAS TRES FLORES DE LIS: Sobre el chevrón, tres
flores de lis en oro. En primer lugar, signo de la Santísima Trinidad, misterio
de Dios, y en segundo lugar, referencia directa a san Antonio de Padua. Nací en
el pueblo de San Antonio de Guerra y fui ordenado sacerdote el día de San
Antonio de Padua.
EL ANAGRAMA MARIANO ENTRE ESTRELLAS, Y EL
NARANJO: Sobre un campo en punta de azul, el anagrama mariano entre estrellas
encima del naranjo. Representa a Nuestra Señora de la Altagracia, protectora
del pueblo dominicano, madre y protectora de mi ministerio.
En la base del escudo, en cinta de oro con
letras en negro, se aprecia el lema: VÆ MIHI SI NON EVANGELIZAVERO (“¡Ay de mí
si no anuncio el Evangelio!”) (cf. 1 Corintios 9, 16).