Aleluya significa “Alaben a Yahvé”, es un canto de alabanza y en la historia del cristianismo ha sido
una aclamación pascual: ¡Alaben a
Yahvé porque Jesucristo ha resucitado.
Prepara a la escucha de la Palabra de
Jesucristo y acompaña, en las misas
festivas, la procesión del diácono o sacerdote que lo proclamará.
Esta aclamación constituye por sí misma un
rito con el cual la asamblea de los
fieles acoge y saluda al Señor, quien le hablará en el Evangelio. Esta se compone
de:
1- El Aleluya, que debe ser cantado por todos estando de pie.
2- Un
versículo, tomado generalmente del Evangelio que va a ser proclamado, y el
que debería también ser cantado por el salmista.
En el tiempo de Cuaresma, no se canta el Aleluya sino el Honor y Gloria a Ti Señor Jesús.
En las normas del Misal dice que de no cantarse, es mejor eliminarlo. El
leccionario contiene, para cada Evangelio, un versículo propio que puede ser leído o cantado entre los Aleluya. Pero queda
a disposición del coro la elección del Aleluya, tomando en cuenta que el
uso de tonos fuertes es recomendado para darle tal carácter.
Criterios
• Depende del tiempo litúrgico hay momentos en los
que no se canta.
• Recordemos
que en Cuaresma no se canta el Aleluya,
se sustituye por otro canto breve de aclamación al Evangelio, pero que no contenga la palabra “aleluya”.
• Se vuelve a cantar solamente en la Pascua, para anunciar la resurrección de Cristo.
• Se cantará justo al terminar la segunda lectura,
si es Domingo, o después del Salmo responsorial si es misa entre semana.
• Debe ser cantado por toda la asamblea.
• Debe ser festivo (sin descuidar su carácter
solemne), y debe invitar a todos, sin excepción, a entonarlo con alegría.
• Se canta completo: Aleluya y antífona. Si no se
canta, puede omitirse. Ordenación General del Misal Romano. No es necesario,
pero es bueno para ocasiones especiales.