Taller Cantos Litúrgicos de las misas: 22. Los Cantos 3: Piedad

En el acto penitencial se encuentra el canto del perdón, que nos ayuda a reconocernos pecadores y que necesitados de la misericordia del Señor para celebrar y para vivir consecuentemente nuestra vida cristiana.

Es vital en este punto tener bien claro que el piedad es una oración que bien puede ser rezada o cantada, pero siempre debe contener la fórmula del misal romano: “Señor, ten piedad; Cristo, ten piedad; Señor ten piedad”, es el texto que aparece en el misal.

Perfectamente se puede musicalizar ese texto o bien componer otro pero siempre conteniendo la formula. También hay que tomar en cuenta de que si se compone uno nuevo, hay que cuidar el sentido del canto: es para pedir perdón por nuestros pecados, faltas, limitaciones, y confiar en el perdón y la fuerza que nos regala el Señor.

Este canto tiene un sentido de súplica y petición de la amorosa bondad de Dios. Debe ser una especie de letanía corta (Señor ten piedad, Cristo ten piedad, Señor ten piedad) con una melodía sencilla y suave, preferentemente en tonos menores. No es necesario agregar la frase “de nosotros”.

El piedad es el único canto cuyo texto original está en griego: Kyrie eléison, Christe eléison,
Este canto y momento nos ayuda a expresar que el Hijo conoce nuestra condición humana y que venció el pecado del mundo.

El coro debe dirigir un canto de piedad pero debemos cantarlo todos, ya que es un canto donde los fieles aclaman al Señor y piden misericordia. Es importante que el coro tenga en cuenta que un canto de perdón no necesariamente es un piedad, todo depende de la fórmula del misal romano.

Este canto es una invocación a Cristo, Salvador nuestro, a quien pedimos se apiade de nosotros, reconociendo su Señorío.

Criterios que tenemos que tomar en cuenta

No son presidenciales: es canto de la asamblea, es decir, debe ser cantado por todo el pueblo.

Pueden ser rezados o cantados a dos coros.

Repetimos: siempre debe incluir siempre la fórmula Señor ten piedad dos veces al iniciar y dos veces al terminar, y Cristo Ten Piedad (2 veces en medio).

Es necesario estar atento a la fórmula que el sacerdote emplee en el acto penitencial, ya que, debido a que existen varias fórmulas, una de ellas ya la incluye, y por tanto no se canta.

El perdón y piedad no son el mismo canto, recordemos la formula. Lo más propio es musicalizar el texto que aparece en el misal: “Señor, ten piedad; Cristo, ten piedad; Señor ten piedad”.


Recordar siempre que el piedad es una oración.