El mundo de hoy
se esta estremeciendo por constantes movimientos fruto de
intereses económicos (el tener),
la búsqueda constante del poder, la hegemonía de la
información, la construcción de modelos de vida y de
comportamiento por elección, la elaboración de leyes tendentes a
legalizar lo que nunca debe permitirse; ademas de querer imponer la educación que deberán recibir
nuestros hijos e hijas, etc. Estas realidades se convierten en
la mayoría de los casos en amenazas latentes y agresivas en
contra de la familia fundamentada en el matrimonio,
buscando así deformarla y destruirla.
En ese sentido el matrimonio, institución que
es un compromiso de proyección pública, que resguarda el vínculo surgido
por la entrega de varón y mujer de modo permanente para la mutua ayuda, la
transmisión de la vida y la educación de los hijos, viene experimentando
fuertes desafíos que tiende a acomplejar su situación; vemos por ejemplo:
la generación de divorcios progresivos, desinterés de los jóvenes por
el matrimonio, la falta de compromiso permanente, la migración de uno de
los cónyuges, programas de ciertos medios de comunicación que promueven
mensajes negativos, la pornografía tan accesible, el individualismo, las
uniones entre personas de un mismo sexo; todo esto profundiza el deterioro en
el seno de la familia y la sociedad. “La vida matrimonial parece estar poco
cotizada. Nos expresamos mal de ella. La menospreciamos y la ridiculizamos.
Asistimos a una cultura -o incultura- de infidelidad, de divorcio, de
separación interior, escondida y arropada por una alegría exterior más liviana
que una camisa de seda. Lo vemos por todas partes, en todos los países, en
todas las culturas.
Proliferan los programas de debates en
público en donde personas ni calificadas ni autorizadas pregonan y defienden,
probablemente no doctrinas, pero sí opiniones inconsistentes, contrarias al
amor: al amor al cónyuge, a los hijos, y cómo no, también a uno mismo.
En cambio, lo grande, lo que debería
publicarse en las primeras planas y lo que debería ser el argumento de las
grandes producciones cinematográficas, es que todos los días, y en todo el
mundo, cientos de miles de matrimonios luchan contra todas las adversidades
pequeñas o grandes por mantenerse fieles al amor que un día se prometieron. Se
esfuerzan, se conocen más, se estrechan.
“Los que tienen un matrimonio estable y
feliz tienen la posibilidad de vivir mas años con una apariencia más juvenil.
La relación estable en el
matrimonio y la familia nos da la posibilidad de servir nos ayuda a vivir más
saludables y felices"
Y
esto parece no ser noticia aun cuando es lo grande, lo hermoso, lo que vale. Es
lo que debería pregonarse. ¿Por qué no sale a la luz?”
El Papa Juan Pablo II, en Familiaris
Consortio, nos dice: "Dios es amor y vive en si mismo un misterio
de comunión personal de amor. Creándola a su imagen y conservándola continuamente
en el ser. Dios inscribe la humanidad del hombre y la mujer
la vocación y consiguientemente la capacidad y la responsabilidad del
amor y la comunión.
El amor es por tanto la vocación fundamental
e innata de todo ser humano". Uno de los
modos de realización de ese amor es el matrimonio. Familia se lo
que eres!.
El sueño de Dios cuando creó al hombre y la mujer a
su imagen y semejanza y les dio la capacidad de reproducirse en la misma
especie, queda absolutamente claro: EL quería tener una familia, una gran
familia alrededor de todo el mundo.
Las familias y los matrimonios
dominicanos, no escapamos ante ese oleaje peligroso, a pesar de ser
un país que cree en Dios, es decir, mayoritariamente cristiano,
que cree en los valores familiares, con una cultura definida, con
una Constitución que consagra la familia como fundamento de la sociedad
y que expresa claramente que el matrimonio es entre un hombre y una
mujer. De ahí es pues, que vemos con suma preocupación
las presiones, la promoción y activismo de ciertos
actores políticos y sociales de impulsar proyectos y acciones
que solamente procuran o crean el riesgo de disolver la familia y el matrimonio
en su estado natural.
Dicho lo anterior, como matrimonios y
familias, nos proponemos promover intensamente la siguiente iniciativa
denominada en dos fases:
1) Soy Matrimonio
2) Soy Familia
La difusión se
realizara en:
A) Redes Sociales (twitter, facebook,
instagram, correos electrónicos, etc).
B) Medios escritos, radiales,
televisivos
C) Conversatorios, charlas, talleres,
testimonios.
Los matrimonios apoyaran la
campaña subiendo una foto como pareja, hombre y mujer, en su perfil en las
redes sociales donde tenga aperturada una cuenta, con el hastag #soymatrimonio
en la primera fase y las familias apoyaran esta iniciativa subiendo una
foto con sus integrantes utilizando el hastag #soyfamilia en la segunda etapa.
El objetivo de esta campana es que
triunfe el amor, por lo que se trata de una iniciativa propositiva y pro-activa en
favor de la familia y el matrimonio. El testimonio y la integración
de cada matrimonio y familia es valiosa para el resultado exitoso de dicha
jornada, ya que cada uno es una luz y portador de la esperanza.
Compartan los momentos felices y
adopten el lema: "JUNTOS Y MUY FELICES"
El futuro de la humanidad se fragua en la familia!