Los feligreses de la Zona de Haras Nacionales en Villa Mella, duramos muchos años luchando por tener nuestra parroquia en el sector. Aun después de tener el decreto que constituía la Parroquia Nuestra Señora del Carmen no conseguíamos el terreno para iniciar nuestra estructura que serviría como templo. Mientras seguíamos en la lucha a pesar de que muchos se hicieron a un lado, seguíamos orando y trabajando por alcanzar ese sueño.
Mientras unos pocos manteníamos la lucha, nuestras actividades se desarrollaban en una pequeña capilla, San Francisco de Asís, que cada día se nos hacia mas pequeña pues la feligresía aumentaba poco a poco. Esta capilla había sido donada por una señora de la comunidad, pero nunca había hecho entrega de los papales legales de entrega del terreno. La comunidad luchó y levantó la capilla hasta que hace tres años se construyó la parroquia.
Dios y la dueña de esta capilla (que en paz descanse) siempre habían manifestado que querían que este espacio fuera dedicado al Señor. Muchos anos de oraciones, eucaristías, vigilias y demás actividades habían dejado bendecido este lugar. Hace ya unos dos anos aproximadamente los hijos de la señora pidieron que se les entregara la propiedad, la iglesia se las entrego sin dar ningún tipo de inconvenientes, a pesar de la inversión que se había hecho durante tantos años.
Los propietarios instalaron una mueblería en este lugar y a los pocos meses cerraron, luego se alquilo la estructura como casa y también fue desocupada. Hace un mes aproximadamente se vendió la capilla a una congregación de hermanos esperados protestantes quienes han instalado allí una iglesia pentecostal. La voluntad de Dios sobre pasa a la voluntad del hombre. Sin importar religión ese espacio que Dios había elegido es ahora nuevamente un lugar de oración. La palabra no se equivoca. "Mi casa será llamada casa de oración" dijo Jesús, según Mateo 21:12.
Ese lugar fue testigo de muchos milagros y acción del Espíritu Santo. Dios lo escogió como suyo y asi quedara por siempre bendecido. Gloria a Dios!.